Como toda profesión que tiene su
propio código de ética y moral, la carrera de educación no es la excepción. Ya
que es una profesión importante, dado que es una tarea intelectual compleja,
que implica una responsabilidad profesional y enfrenta retos constantes. La
docencia requiere entonces saberes disciplinarios y pedagógicos, disposición,
compromiso, creatividad y pasión. Todo buen docente debe tener vocación, pues
solo así podrá brindar amor a su profesión, por tanto el papel del educador es
un modelo a seguir por sus alumnos, y he allí el asunto delicado, ya que hoy en
día existe un trecho muy largo entre “el ser y el deber ser”.
El código de ética del docente
está dividido en VI capítulos, y éstos en artículos que son 70, lo capítulos
están definidos tanto en los deberes generales del docente, hacia la
institución, además hacia la comunidad, también hacia el alumnado, hasta llegar
a las normas disciplinarias y al final las disposiciones finales.
El código de ética y docencia
vigente en la actualidad, propone reglas importantes para el ámbito educativo
como también para la sociedad, sin embargo se ven algunas deficiencias en
cuanto actualización a las necesidades del siglo XXI y es que en teorría luce
estupendo pero en la prácticas quedan algunos capítulos y artículos
ambivalentes.